El Pacto de Marrakech o Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, es un documento pionero promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La organización comenzó el proceso por medio de consultas durante el 2017 a sus 193 estados miembros. En estas se buscaba que los propios países aportarán perspectivas y compartieran datos sobre la migración en dichos países.
Completadas las dos primeras fases del pacto, en febrero y julio del 2018 se realizaron las negociaciones en la sede de la ONU en Nueva York. En esta ceremonia se resolvieron los comentarios escritos y orales presentados por las delegaciones y las partes interesadas. Finalmente, en diciembre del mismo año los países firmantes acudieron a la ceremonia en Marrakech, donde 152 firmaron a favor, 5 votaron en contra y 12 se abstuvieron. Entre ellos, Chile.
Según declaraciones del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, el pacto marca “una hoja de ruta para prevenir el sufrimiento y el caos” y busca proteger a los migrantes, tratándolos de una manera digna y que sus derechos humanos sean respetados.
¿Pacto o Tratado?
En el mencionado documento se señala que este “no es legalmente vinculante y respeta la soberanía de los Estados”, contrario al pensamiento de muchos, sin embargo, ¿qué significa esto?
La politóloga y académica de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza, explicó que la primera confusión corresponde al nombre. Un pacto, según señala, no “representa obligaciones para los países firmantes” sino que se trata de un documento base o guía a partir del que se recomiendan construir políticas migratorias.
Un tratado, por otro lado, es lo opuesto a lo mencionado. Estos se comprenden de normas jurídicas, es decir, el no cumplimiento de estas se castiga y condena; es vinculante y obligatorio.
En otras palabras, el Pacto de Marrakech no obliga a ninguno de sus estados firmantes a seguir al pie de la letra los objetivos ahí estipulados, sino que les confiere la decisión de hacerse cargo de ellos en la medida que estimen necesarias e, idealmente, trabajar en pro de estos.
Un pacto no “representa obligaciones para los países firmantes” sino que se trata de un documento base o guía a partir del que se recomiendan construir políticas migratorias, explicó la politóloga Paulina Astroza.
Los 23 objetivos
La Organización de las Naciones Unidas estipula en el pacto una serie de objetivos a lograr por los estados firmantes mediante los cuales trabajar a favor de una migración segura, ordenada y regular.
- Recopilar y utilizar datos exactos y desglosados para formular políticas con base empírica
- Minimizar los factores adversos y estructurales que obligan a las personas a abandonar su país de origen
- Proporcionar información exacta y oportuna en todas las etapas de la migración
- Velar por que todos los migrantes tengan pruebas de su identidad jurídica y documentación adecuada
- Aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías de migración regular
- Facilitar la contratación equitativa y ética y salvaguardar las condiciones que garantizan el trabajo decente
- Abordar y reducir las vulnerabilidades en la migración
- Salvar vidas y emprender iniciativas internacionales coordinadas sobre los migrantes desaparecidos
- Reforzar la respuesta transnacional al tráfico ilícito de migrantes
- Prevenir, combatir y erradicar la trata de personas en el contexto de la migración internacional
- Gestionar las fronteras de manera integrada, segura y coordinada
- Aumentar la certidumbre y previsibilidad de los procedimientos migratorios para la adecuada verificación de antecedentes, evaluación y derivación
- Utilizar la detención de migrantes solo como último recurso y buscar otras alternativas
- Mejorar la protección, asistencia y cooperación consulares a lo largo de todo el ciclo migratorio
- Proporcionar a los migrantes accesos a servicios básicos
- Empoderar a los migrantes y las sociedades para lograr la plena inclusión y la cohesión social
- Eliminar todas las formas de discriminación y promover un discurso público con base empírica para modificar las percepciones de la migración
- Invertir en el desarrollo de aptitudes y facilitar el reconocimiento mutuo de aptitudes, cualificaciones y competencias
- Crear las condiciones necesarias para que los migrantes y las diásporas puedan contribuir plenamente al desarrollo sostenible en todos los países
- Promover transferencias de remesas más rápidas, seguras y económicas y fomentar la inclusión financiera de los migrantes
- Colaborar para facilitar el regreso y la readmisión en condiciones de seguridad y dignidad, así como la reintegración sostenible
- Establecer mecanismos para la portabilidad de la seguridad social y las prestaciones adquiridas
- Fortalecer la cooperación internacional y las alianzas mundiales para la migración segura, ordenada y regula.
La ONU define estos objetivos como “un recurso para encontrar el equilibrio entre los derechos de las personas y la soberanía de los Estados». Y de esta manera cambiar el modo reactivo (es decir, dar una solución a una problemática), a un modo proactivo, que busca encontrar soluciones antes de que se manifieste la problemática.
El pacto y su relación con Chile
La ceremonia realizada el 10 y 11 de diciembre del 2018 en Marrakech estuvo marcada por la polémica. Esto debido a que luego de dos años de negociaciones más de 10 estados miembros no se adhirieron al pacto.
Según la politóloga, Paulina Astroza, los 152 países firmantes tenían un factor en común: “todos eran países con gran flujo migratorio, son los que más refugiados e inmigrantes tienen” y eso, explica, “se debe a que son mínimos que entre la comunidad internacional hay que buscar”. Esto con el fin de dar soluciones a las causas de la migración.
Sobre los estados miembros no firmantes Astroza detalla que la no adhesión de Estados Unidos, Hungría y Polonia se debe a “la política de derecha populista radical” que los caracteriza.
En tanto, Chile forma parte de los países que se abstuvieron de votar junto a otros 11.
Argumentos del gobierno
Durante el 2018 Sebastián Piñera ocupaba el puesto como presidente de la República por segunda vez. Y el estado formaba parte de las negociaciones del pacto, de hecho, era tal su compromiso que tuvieron a su cargo la vicepresidencia y, además, era parte de la comisión pórtico, es decir, recibieron a las delegaciones.
Durante las negociaciones de julio realizadas en Nueva York, Piñera también declaró que “el compromiso de mi país, Chile, es claro y categórico: estamos generando una política migratoria que sea segura, ordenada y regular, en perfecta armonía con la Declaración de Nueva York y el Pacto Mundial para la Migración”.
“La migración no es un derecho humano” fue lo que afirmó el Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, sobre la polémica.
Precisamente por esto es que sorprendió la decisión del mandatario, y por ende del país, de no suscribir al pacto. En su momento las excusas presentadas por el alto mando fueron: «el texto discutido en Naciones Unidas choca con las normas de Chile [por lo que el estado] no va adherir a nada que pueda ser utilizado en su contra en cortes internacionales y que atente contra la soberanía del Estado de Chile”.
Sumado a esto el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, afirmó que “La migración no es un derecho humano” siendo estas las declaraciones que marcaron un punto final en la discusión. Hasta hoy.
La propuesta de Boric y la crisis migratoria
Gabriel Boric, exdiputado de la república y actual presidente desempolvó este pacto y lo trajo de vuelta a la palestra por medio de su programa de gobierno. En este asevera que de resultar electo suscribirá al país al pacto. Lo cual generó gran cantidad de reacciones dada la actual crisis migratoria que afecta a Chile.
Durante el 2021 han ingresado 1.462.103 extranjeros al país, según cifras entregadas por el INE el pasado agosto.. De estos, la mayoría entra por pasos terrestres no habilitados, y ya son más de 50 mil los niños que aún esperan por una visa en el país.
Sobre esta problemática que aqueja al país hace ya varios años, la académica de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza, afirmó “El problema de la migración no se soluciona construyendo muros y vallas que la van a detener, mientras no se solucionen las causas, el desplazamiento de personas va a continuar” a lo que agregó que la migración no se está proyectando por causas como la guerra como lo es normalmente sino que por el “cambio climático, entonces los países [firmantes del acuerdo] tiene conciencia de que hay que hacer algo en conjunto y, lamentablemente, Chile quedó fuera”.
Por: Constanza Bello Caipillán