Peru.-
«Seréis libres e independiente, constituiréis vuestro gobierno y vuestras leyes por la única y espontánea voluntad de vuestros representantes». Así, Bernardo O’Higgins difundía en el pueblo peruano la idea de libertad que se concretaría el 28 de julio de 1821 con su proclamación de Independencia.
«Proclama al Pueblo Peruano»
Los criollos chilenos, encabezados por Bernardo O’Higgins, junto al liderazgo de José de San Martín que provenía desde las Provincias Unidas del Río de La Plata, desempeñaron un rol incuestionable en el logro de la Independencia de Perú. Hasta la segunda década del siglo XIX, Lima aún mantenía un sector realista mayoritario que representaba un peligro constante para los recientes procesos emancipadores de Buenos Aires y Santiago, por ello, y para que no se produjese un retroceso en lo avanzado, era indispensable emprender un movimiento pro independentista en Perú, permitiendo así la consolidación del conjunto del proceso en el cono sur de América.
En el Archivo Nacional de Chile, se custodian numerosos documentos que evidencian el aporte de los criollos chilenos a esta empresa libertadora.
Respecto del financiamiento para los cerca de 20 barcos y más de cuatro mil hombres que marcharon a Perú, expedición primero a cargo de Manuel Blanco Encalada y luego por el almirante escocés Tomás Alexander Lord Cochrane, se demandaron empréstitos forzosos, como es el caso de la solicitud que el mismo Bernardo O’Higgins envía a don José Ximenes de Guzmán:
«Habiendo acordado en el Excmo. Senado, y el General en Jefe, hasta en un tercio más el número de tropas, de que debía constar la expedición al Perú, ha sido también necesario recrezcan sus gastos, para lo cual el mismo Senado decretó el nuevo empréstito de 300.000 pesos en el cual ha cabido a V. la cantidad de doscientos pesos…» (Fondo Varios Vol. 331)
Por otro lado, era indispensable promover en toda la población del virreinato peruano la idea de «libertad». Para eso, Bernardo O’Higgins se preocupó especialmente de enviar una «Proclama al Pueblo Peruano» que debía distribuirse por todo el territorio incaico. El texto también fue impreso en lengua quechua para que fuera leído por la población originaria.
Entre los documentos de Don Juan Egaña, custodiados en el Archivo Histórico, hay un ejemplar de cada uno de estos impresos, los que probablemente fueran escritos por el mismo patriota limeño. En su parte central destaca:
«Peruanos, he aquí los pactos y condiciones con que Chile, adelante del Ser Supremo, y poniendo a todas las naciones por testigos, y vengadores de su violación, arrostra la muerte y las fatigas para salvaros. Seréis libres e independiente, constituiréis vuestro gobierno y vuestras leyes por la única y espontánea voluntad de vuestros representantes; ninguna influencia militar o civil, directa o indirecta tendrán estos hermanos en vuestras disposiciones sociales» (Fondo Varios Vol. 121)
Pero la adhesión al Ejército Libertador del Perú no fue solo en recursos económicos e ideas de libertad, también se buscó la arenga afectiva hacia quienes marcharían al combate. Su creación estuvo a cargo de las mujeres chilenas. El apoyo se tradujo en el siguiente poema (Fondo Varios vol. 972), que en uno de sus versos canta:
«…Compatriotas marchad Que el cielo justo y bueno Un mar siempre sereno Dispuso por camino A los que van a dar su alto destino Al Perú libre de sus opresores. Entretejed peruanas con mil flores El laurel noble de la Libertad».
La travesía y su itinerario es conocido: El Ejército Libertador zarpó de Valparaíso el 20 de agosto de 1820 y desembarcó en la había de Paracas el 8 de septiembre. Ya en territorio peruano, la población que fue apoyando al ejército de las localidades de Trujillo, Piura, Cajamarca, Chachopayas, Jaen, Lambayeque y Maynas fueron proclamando la Independencia. La entrada de las primeras tropas de San Martín a Lima fue el 9 de julio y la noche del 14 ya había tomado el palacio de los virreyes. El día siguiente fue convocado el Cabildo Abierto en el que se firmó la Declaración de Independencia. El 28 de julio fue la ceremonia de proclamación.
Fuente: Archivo Nacional de Chile