Uno de los objetivos propuestos en el desarrollo de nuestro proyecto, es el de la integración del migrante en el contexto socio-religioso para poder alcanzar una interculturalidad que les permita conocer las riquezas tanto religiosas como culturales, para acercarnos y poder entender las idiosincrasias que se entrecruzan y así tener la oportunidad de conocernos y convivir mutuamente haciéndonos parte de la interpretación religiosa y cultural, potenciándonos en nuestras creencias de fe y haciéndolos participes de estos encuentros y poder integrarlos cada día más.
En la reflexión del Papa Francisco, de como el evangelio de Jesús se hace vida, basada en los cuatro verbos, nos recuerda que, el acoger, proteger, promover e integrar, son pilares fundamentales; nos dice que el acoger desinteresadamente, el proteger los derechos fundamentales, una promoción basada en una legislación adecuada y justa, proporcionan una verdadera integración en busca de la unidad dignificante para el ser humano.
Dentro de las más firmes riquezas religiosas de nuestros países, podemos identificarnos con las diferentes advocaciones Marianas como fuentes de manifestaciones de nuestra fe, las que nos unen y dejan ver que no existen fronteras al momento de las celebraciones.
Para el migrante no es fácil el proceso de integración a una nueva cultura, pero las distintas advocaciones Marianas, fiestas religiosas y culturales, sirven como un bálsamo, remembranza y consuelo, que nos hacen ver en el otro a ese Jesús al que debemos volcarnos con toda compasión y misericordia sin ninguna clase de discriminación.
Es por eso que cada mes, expondremos una pequeña, sentida pero cariñosa reseña de estas manifestaciones que nos hacen cada día más sensibles a los migrantes provenientes de los diferentes países y al mismo chileno que nos acoge. Haremos pues un recuento corto socio-cultural y religioso de cada país, para esto nos apoyaremos en la publicación del libro “Devociones Migrantes en Chile”, del departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago y su Vicaria de Pastoral.
Autor: Gustavo Morales