NUESTRA SEÑORA DE URKUPIÑA- BOLIVIA
La historia de la virgen de Urkupiña, tiene especial atracción para aquellos que la conocen, ya que la acción de María se revela a los humildes, pero también a los inocentes y puros de corazón como lo era esta pastorcita, hija de indígenas que en la zona de Quillacollo Cochabamba ayudaba en el pastoreo de ovejas a sus padres.
En estas jornadas de pastoreo una bella señora, hablando el idioma nativo de la niña (quechua) se le presentó con un niño en brazos y empezó a conversarle a la niña, su actitud fue de amistad hasta el punto que los encuentros eran reiterativos. La bella Señora le pidió tomar unas piedras y llevarlas a su casa donde las piedras se convirtieron en plata.
Ante el asombro producto del fenómeno y los relatos de la niña, el cura y otras personas quisieron ir a verificar la veracidad de sus historias y se dirigieron al cerro donde la Virgen se le aparecía a la pastorcita. Allí encontraron una bella imagen que cargaba un niño a la que denominaron Virgen de Urkupiña. Allí mismo se construyó el templo, el cual se mantiene hasta nuestros días y donde son miles los que visitan pidiendo a la “Madrecita” que bendiga sus vidas y negocios.
La Virgen de Urkupiña es denominada como patrona de la integración nacional, y su festividad es celebrada entre el 14 y 16 de agosto donde no solo bolivianos de distintos lugares le visitan, también fieles de otras nacionalidades cercanas. Es la más importante fiesta religiosa y folklórica que convoca agrupaciones para bailar en un largo recorrido para venerar y dar gracias a la virgen María. Los grupos folklóricos se visten con sus mejores y más coloridos trajes y preparan maravillosas coreografías las cuales son admiradas por todos los presentes. Todas las fraternidades realizan entradas majestuosas, cada una rindiendo homenaje a la Virgen.
Es muy tradicional que las gentes y fieles se dirijan con fe al cerro de Cota, lugar que se conoce como Calvario, allí extraen piedras que, según su tamaño, dice la creencia, así será la recompensa en dinero que les ofrecerá la Virgen, con la salvedad que la roca al año siguiente deberá ser devuelta.
La festividad en Santiago de Chile ha sido dinamizada por devotos que siempre están dispuestos a rendir homenaje a la Virgen. Como es costumbre entre las comunidades bolivianas, siempre es indispensable que la imagen se pasee por los distintos lugares de los bolivianos para que la “Madrecita” bendiga su trabajo y sus negocios. En Santiago estos sitios se encuentran en Estación Central, Independencia y Recoleta. A la virgen se le ofrece una bienvenida con papel picado y comida y es ella quien bendice la prosperidad de ese negocio.
El día de su fiesta la comunidad boliviana se reúne para celebrar la misa, una acción de gracias que está acompañada por ofrendas típicas de Bolivia. Al termino se le rinden homenajes con bailes típicos y se comparte un buen plato de comida típica.
Fuente: Libro Devociones Migrantes en Chile