Al menos 110 millones de personas es el número total de refugiados o ciudadanos desplazados a la fuerza en el planeta, según registros de la ONU. Un número nunca antes conocido y detrás del cual se encuentran las complejidades de distintos países de origen y de las naciones receptoras.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), 108,4 millones de personas se encontraban desplazadas y refugiadas en el mundo a finales de 2022, como resultado de la persecución, el conflicto, la violencia, las violaciones de los derechos humanos o las alteraciones del orden público.
Se trató de un aumento del 23% con respecto al mismo periodo de 2021. La tendencia sigue al alza en medio de la guerra en Ucrania y el conflicto en Sudán, que estalló el pasado abril.
De acuerdo con datos de ACNUR recopilados hasta el pasado febrero, más de 8.000.000 de personas han abandonado Ucrania, la mayoría son mujeres y niños. Y más de 5.000.000 se convirtieron en desplazados internos, desde que Rusia inició la invasión de su vecino país, el 24 de febrero de 2022.
Violencia, conflictos armados, violaciones de derechos humanos y pobreza extrema están entre las dificultades que atraviesa la mayoría de refugiados antes de huir de sus lugares de origen.
Pero ahora a la lista de crisis se han sumado nuevas guerras, como las de Ucrania y Sudán, que elevaron a 110 millones el número de refugiados en otros países y de desplazados internos. Una cifra récord, subraya la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en su último informe, divulgado este miércoles 14 de junio.
“Es una gran acusación sobre el estado de nuestro mundo”, destacó el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
Se trata de una grave situación que ante las actuales coyunturas no da muestras de frenar, sino, por el contrario, de seguir en aumento. Y es que a los conflictos de larga data que se prolongan, como el registrado en Siria, se han sumado otras hostilidades masivas en el último año.
Solo los enfrentamientos en Sudán entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Acción Rápida (FAR), que desde el pasado abril se disputan el poder con las armas, dejan cerca de dos millones de personas desplazadas.
Ucrania, por su parte, ha sido el escenario de lo que se convirtió en el desplazamiento forzado más acelerado desde la Segunda Guerra Mundial. Desde febrero de 2024, cuando Rusia ordenó la invasión, al menos 13 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
De ellas, más de 8.000.000 huyeron cruzando las fronteras de su país y otras 5.000.000 fueron desplazadas internamente, según datos de la situación en la nación agredida, divulgados por la ONU el pasado febrero.En 2022, 19 millones de ciudadanos se sumaron al total acumulado de quienes se ven forzados al éxodo.
Pero el territorio ucraniano y Sudán no son los únicos que engrosan las lamentables cifras. “Constantemente nos enfrentamos a emergencias”, resaltó Grandi.
Los conflictos en la República Democrática del Congo, Etiopía y Myanmar también fueron responsables del desplazamiento de más de 1 millón de personas dentro de cada país el año pasado.
“La retórica de que muchos refugiados huyen a países ricos está muy equivocada”
El informe resalta que la mayoría de desplazados a nivel mundial busca refugio dentro de las fronteras de su propio país. Sin embargo, y con el paso de los meses, en muchos casos las persecuciones, la violencia y las precariedades se hacen cada vez más insostenibles, por lo que los afectados deciden trasladarse al extranjero.
Es una urgencia por poner a salvo sus vidas, pero las naciones de acogida, muchas veces territorios vecinos, tienen poco que ofrecer: mientras enfrentan graves dificultades económicas, problemas de sequía, seguridad alimentaria e incluso sus propios conflictos armados.
«La retórica que habla de que muchos refugiados huyen a países ricos está muy equivocada, en realidad es lo contrario», explicó Grandi, que remarcó que un 76 % de esas personas se refugia en naciones de bajos y medios ingresos, en Asia y África, no en territorios ricos de Europa o América del Norte.
El representante de la ONU agregó que una amplia mayoría de los refugiados, un 70 %, se traslada a naciones limítrofes a la de origen.
Un ejemplo de ello es Sudán, que limita al norte con Egipto, al este con el mar Rojo, Eritrea y Etiopía, al sur con Sudán del Sur y al oeste con la República Centroafricana, Chad y Libia, naciones con grandes desafíos económicos o humanitario.
Turquía, con la mayor cantidad de refugiados del mundo
Esa nación euroasiática alberga actualmente la mayor cantidad de refugiados en el planeta, 3,8 millones de personas, en su mayoría sirios que huyeron de la guerra civil desatada desde 2011.
Le sigue de cerca Irán, que acoge 3,4 millones de refugiados, en su mayoría afganos.
Además, hay 5,7 millones de refugiados ucranianos repartidos por países, principalmente de Europa.
En cuanto a las peticiones de asilo, Estados Unidos fue el país que recibió más nuevas solicitudes en 2022, con 730.400 aplicaciones. No obstante, también es la nación con el mayor retraso en su sistema de asilo, enfatiza la ONU.
“Una de las cosas que hay que hacer es reformar ese sistema de asilo para que sea más rápido y más eficiente”, aseveró Grandi.
Pero a medida que crece este tipo de crisis, muchos países también endurecen las reglas migratorias, apunta el representante de la Agencia de Refugiados.
ONU: a mayor crisis de refugiados, más reglas migratorias
Ante el flujo masivo de quienes huyen de sus países, Estados Unidos, España y Canadá anunciaron recientemente planes para crear centros de procesamiento de asilo en América Latina. Y aunque argumentan que buscan una migración ordenada, la ONU también resalta que intentan reducir la cantidad de personas que viajan hacia el norte del continente a través de la frontera con México.
“Vemos retrocesos. Vemos reglas de inmigración o admisión de refugiados cada vez más duras. Vemos en muchos países la criminalización de inmigrantes y refugiados, culpándolos de todo lo que ha pasado”, sostuvo Grandi.
La xenofobia y el discurso antiinmigración se convierten en escenas que se replican a lado y lado del planeta, independientemente del continente, el idioma y el poder económico de cada nación receptora.
Es una situación que se tomó, por ejemplo, la reciente etapa final de la campaña presidencial en Turquía, en la que el candidato de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, prometió explícitamente enviar a casa a «10 millones de refugiados», principalmente sirios y afganos, si ganaba la segunda vuelta.
Entretanto, la semana pasada, los líderes europeos renovaron las promesas financieras a las naciones del norte de África con la esperanza de detener la migración a través del Mediterráneo, mientras que el Gobierno británico insiste en un plan hasta ahora fallido para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda, algo a lo que ACNUR se opone al tildarlo de preocupante y un intento de Reino Unido de eludir sus responsabilidades humanitarias.
Sin embargo, en medio de un desalentador panorama, también hay algunas victorias. Grandi destacó lo que describió como “una señal positiva”, las negociaciones de la Unión Europea para un nuevo pacto de migración y asilo.
Asimismo, Grandi celebró el hecho de que el número de refugiados que fueron reasentados en 2022 se duplicó a 114.000, en comparación con el año anterior. Pero admitió que eso “todavía es una gota en el océano”.
Con AP y EFE