La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió el domingo 17 de septiembre una respuesta conjunta y “rápida” contra el “brutal negocio” del tráfico ilícito de migrantes en situación irregular y las peligrosas rutas que tienen como destino los países de la Unión Europea, luego de recorrer la pequeña isla al sur de Italia, epicentro de la crisis migratoria del Mediterráneo y que esta semana fue foco de una inédita llegada de migrantes, sin permiso, en un solo día. 

La cabeza del bloque comunitario de los 27 países europeos recorrió el pasado domingo, 17 de septiembre, el punto de acceso que migrantes en situación irregular han usado por décadas para llegar a Europa: Lampedusa, una pequeña isla pesquera en el sur de Italia, que este jueves 14 de septiembre recibió a casi 7.000 migrantes en menos de 24 horas, una cifra que incluso superó el número de habitantes de la isla, que ronda las 6.000 personas. 

Para la líder europea, la visita supone el inicio del despliegue de estrategias rápidas para contrarrestar el repunte de la migrantes en situación irregular en los países del continente. 

“Es muy importante para mí estar hoy en Lampedusa. Estoy aquí para ofrecer una respuesta coordinada por parte de las autoridades italianas y europeas”, dijo Von der Leyen antes de presentar su plan junto a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

En su visita, Von der Leyen habló de una estrategia para dar una pronta solución al “brutal negocio” del tráfico de migrantes. Para ella, son los dirigentes de los países europeos los que deben decidir “quién viene a la Unión Europea y bajo qué circunstancias… No los contrabandistas”. 

De esta manera, presentó un plan de 10 puntos para contener la crisis de la migración en Europa, entre los que está “explorar opciones para expandir las misiones navales existentes en el Mediterráneo o para trabajar en otras nuevas”, y aumentar la vigilancia aérea del Mediterráneo. 

Otro de los puntos del proyecto busca acelerar los fondos a Túnez como parte de un acuerdo con la UE para bloquear las salidas desde el país africano. Se trata del acuerdo migratorio que Bruselas firmó con Túnez el pasado mes de julio y que incluye una ayuda microfinanciera de más de 1.000 millones de euros a cambio de medidas de contención migratoria.

También propuso acelerar las solicitudes de asilo que se presenten en Italia y, así, definir el estado migratorio de las personas que llegan a la isla con mayor celeridad. 

El plan estima la creación de corredores humanitarios en los países de origen para desalentar las rutas ilegales y promete dar apoyo de la agencia fronteriza Frontex para garantizar “el rápido retorno de los migrantes a su país de origen”, y en condiciones seguras, si no califican con los requisitos mínimos de la UE para permanecer en territorio europeo. 

Uno de los puntos más polémicos es el mecanismo de solidaridad por el cual otros países europeos aceptarían transferencias voluntarias de migrantes en situación irregular llegados a Lampedusa, petición a la que Francia y Alemania, países del bloque, han respondido recientemente de forma negativa. 

La migración irregular es un desafío europeo y necesita una respuesta europea. Así que estamos juntos en esto, dijo Von der Leyen.

Previamente, el miércoles 13 de septiembre, el Gobierno de Alemania anunció que suspendía la acogida voluntaria de solicitantes de asilo procedentes de Italia. Una decisión justificada por la “fuerte presión migratoria” actual, según dio a conocer el Ministerio del Interior germano.

“De las más de 12.400 solicitudes de acogida, presentadas a Italia este año hasta finales de agosto, hasta ahora se han producido 10 traslados”, expresó Maximilian Kall, el portavoz del Ministerio del Interior de Alemania, quien también reprochó a Italia por no aceptar a los solicitantes de asilo de forma independiente. 

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, ha suavizado su postura recriminatoria contra la Unión Europea desde que llegó al poder en octubre del año pasado, pero en sus palabras frente a la prensa dejó claro su presión para lograr un “bloqueo naval eficiente”, argumentando que las anteriores misiones de la UE “no se desplegaron correctamente”. 

Si no trabajamos seriamente todos juntos para combatir las salidas ilegales, los números de este fenómeno no solo abrumarán a los países fronterizos, sino a todos los demás, sentenció Meloni.

Según las estadísticas del Ministerio del Interior italiano, casi 126.000 personas han llegado a Italia en barco este año, una cifra alta en comparación con 66.000 en esta misma época el año pasado, y 42.000, en 2021.

Si la tendencia continúa, este año podría estar en camino de acercarse al récord en 2016, cuando a fines de septiembre habían llegado unos 132.000 migrantes.