Alrededor de 700 trabajadores comienzan huelga indefinida que iniciaría este sábado, en la víspera de Fiestas Patrias y que se calcula que producirá pérdidas diarias de más de dos millones y medio de dólares
Las celebraciones por la Independencia del Perú —que inician este viernes y concluyen el lunes 29 de julio—, además de exacerbar el patriotismo, despiertan altas expectativas por el impacto que suelen causar en términos económicos. Según estimaciones del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, este feriado largo por Fiestas Patrias movilizará alrededor de 1,7 millones de turistas y, con ello, generaría un aproximado de 200 millones de dólares.
En las últimas horas, estos cálculos corren el riesgo de sufrir una aparatosa caída por el anuncio de una huelga indefinida del Sindicato Nacional de Trabajadores CAS de la Superintendencia Nacional de Migraciones (Sicasmigra), que iniciará este sábado 27 de julio, en la víspera del día central de las festividades patrióticas.
Se trata de 700 trabajadores a nivel nacional, expertos en política migratoria, que tienen a su cargo el control de las fronteras, la emisión de pasaportes y procesamiento de trámites que impactarían seriamente en los ingresos y salidas del Perú, así como en el flujo de importaciones y exportaciones y, desde luego, alterarían el turismo interno.
La Junta Directiva del sindicato ha emitido un comunicado donde explican que la medida de fuerza obedece a una serie de incumplimientos de la Superintendencia Nacional de Migraciones: infraestructura en precarias condiciones en la sede central, jefaturas zonales y puestos de control migratorio; favoritismo en la selección de personal; y bajos sueldos que están congelados por su modalidad laboral.
“El sindicato ha agotado todas las instancias de diálogo y negociación sin obtener respuestas satisfactorias a sus justas demandas (…) Reiteramos nuestro compromiso con la prestación de un servicio público de calidad a la ciudadanía, sin embargo, no podemos permitir que se continúe vulnerando los derechos laborales de nuestros representados”, señalan en el oficio.
Yasser Boluarte, representante del sindicato, ha informado que plantean dejar un mínimo de trabajadores en cada puesto de control migratorio. “Al inspector migratorio no lo reemplaza cualquiera, porque debe conocer la política migratoria. Nosotros somos la seguridad nacional. Dejaremos un mínimo de personas, pero no se van a abastecer”, explicó. Hasta el momento se ha plegado a la moción la Provincia Constitucional del Callao y también personal de ciudades de catorce regiones: Lima, Tumbes, Piura, Iquitos, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Huancayo, Pucallpa, Arequipa, Puerto Maldonado, Cusco, Puno y Tacna.
Jorge Fernández, exsuperintendente de Migraciones, ha alertado que con la huelga los más beneficiados serían aquellos delincuentes con orden de captura vigente, pues podrían darse a la fuga al existir menos control. “No hay garantía de que los trabajadores que los reemplacen tengan acceso al sistema de requisitorias. De esta manera cualquier persona con orden de captura vigente podría salir sin inconvenientes, sea por tierra o avión”, ha dicho Fernández, dejando en evidencia que las fronteras peruanas se volverían aún más porosas de lo que ya son.
Pero la huelga no solo agravaría la inseguridad ciudadana, sino también el turismo. Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo del Cusco, ha expresado su preocupación al respecto. “Sería un gran retroceso ahora que estamos en plena recuperación. El problema es el ingreso de extranjeros a Perú y los retrasos que eso podría acarrear. Esperemos que la declaren ilegal, siempre en estas épocas estos sindicatos tratan de conseguir mejoras laborales con este tipo de medidas”, le dijo Stoessel al diario Perú 21.
Lo cierto es que el sindicato de Migraciones denuncia una inequidad en los sueldos, de tal manera que exigen un total de doce bonos para el periodo 2024-2025. “Venimos hace más de diez años con el mismo sueldo. Lo que ganamos no alcanza y nuestro régimen CAS (contratación administrativa de servicios) indeterminado no nos permite cambios. Por eso pedimos bonos. Nosotros movemos el país, somos los que trabajamos en el aeropuerto mañana, tarde y noche”, se queja Yasser Boluarte, representante del sindicato.
Debido al paro se calcula que las pérdidas diarias superarían los dos millones y medio de dólares. Este jueves 25, la Superintendencia Nacional de Migraciones sostendrá la última reunión de conciliación con el sindicato. También participarán funcionarios del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. De no llegar a un acuerdo, y ejecutarse la medida de fuerza, las entradas y salidas del país serán un caos en Fiestas Patrias.